El cine de terror y el género de suspenso, siempre han sido uno de mis favoritos, pero lamentablemente desde hace años no veía ninguna película interesante sobre el tema, sino incontables refritos de las tan bien logradas historias de las pasadas décadas. Toda esta situación hizo que automáticamente ignorara cualquier película del género que saliera en carteleras, porque ya me había llevado muchas decepciones. Es por esto, que me llamó mucho la atención desde que escuché las excelentes críticas que empezaba a cosechar la nueva película del joven director malayo James Wan, artífice de la primera película de la famosa serie “Saw” (El Juego del miedo) y más recientemente “Insidious”. Por lo que mantuve cierta esperanza aún en que este filme me devolviera un poco de fe. Hace poco tuve la oportunidad de verla finalmente, y me ha gustado mucho. Me ha parecido una buena película, que a pesar de contar con varios tópicos del cine de terror, logra combinar los distintos elementos del terror y el suspense (que tan bien conoce Wan) de gran forma. Desde la música, tan esencial en este tipo de filmes, los planos tan cuidados y la misma historia, que nunca pierde el interés, sino que mantiene el ritmo y la sorpresa, conjugando la trama de terror, respaldada de una sólida historia. Gracias a esto, el filme alcanza cierta originalidad evocando el mejor cine del género de los 70, y con “sólo” 13 millones de dólares de presupuesto, James Wan ha hecho sin dudas la película de terror más interesante de los últimos años, lo que demuestra su madurez y consolidándose como uno de los exponentes o mejor dicho el exponente más sobresaliente del cine de suspenso en la actualidad.
Dirigida por James Wan, y con un guión de Chad y Carey Hayes, el filme basado en hechos reales, cuenta la historia de Edward y Lorraine Warren, una pareja dedicada investigar y develar casos paranormales. Edward, un reconocido demonólogo y Lorraine una hábil clarividente, dictan conferencias sobre sus experiencias, en donde han desenmascarado varios casos supuestamente paranormales, dando explicaciones científicas a los hechos y también enfrentándose a casos reales. La pareja de la vida real tuvo casos tan reconocidos como el de la casa de Amityville, entre otros. El caso del filme, que se ha llamado “El Conjuro”, es uno de los casos menos conocidos y difundidos de la pareja, al haber sido tan traumático para ellos. Aquí nos muestran a la familia Perron, una pareja de ateos con cinco hijas, que se mudan a una casa antigua en Rhode Island. Desde el primer día empiezan a experimentar algunos detalles extraños como sonidos, ruidos, sombras, olores y marcas en el cuerpo de la madre. Cuando todo se empieza a complicar, Carolyn Perron contacta a los Warren para que visiten su casa en el año de 1971 (tiempo en que transcurre el filme). Y de ahí partirá ese expediente que permanecería oculto 30 años, hasta ahora.
Como comenté al inicio, el filme me ha agradado mucho. Me gusta como mezcla distintos tópicos del género, primero, los utiliza muy bien, quedando como homenajes a filmes clásicos. Y sobre todo los utiliza acompañado de elementos claves del género, que elevan la experiencia en conjunto: la música, la creación de la atmósfera, la colocación de la cámara, los planos, los movimientos, todo lo que se utiliza en pro de generar una reacción en el espectador más allá de los sustos gratuitos. Además de esto el guión es efectivo, mezclando lo tradicional con un trasfondo un poco más profundo en la psicología de algunos personajes. Sin olvidar los toques de humor que de un momento dan paso a una escena que te obliga a taparte los ojos.
El reparto, es otro enorme acierto. Resaltando los tres principales, los esposos Warren interpretados por Patrick Wilson, quien lo hace bien y cumple, Vera Farmiga que como siempre está excelente, finalizando con una cara conocida que interpreta a la mujer de la familia atormentada, Lili Taylor, otra actriz que también lo hace muy bien. El resto del reparto, las niñas y los demás secundarios cumplen y dan credibilidad a la historia.
En síntesis, una película muy recomendable para los amantes del género, los melancólicos del género y hasta los que no les gusta. Al final cae un poco en la parte más tradicional, pero el espectáculo que ya hemos visto con anterioridad cumple con creces y hace que olvidemos ciertos detalles. Por todo eso:
7.5/10